29 de junio de 2010

RAICES ITALIANAS.

"La "Mafia", nombre con el que erróneamente se designa a muchos colectivos de crimen organizado, define solamente a los grupos que nacen y se establecen en y desde Sicilia. Nace en la época borbónica y en su evolución se establecen tres períodos: la "Vecchia Mafia", de 1800 a 1950; el período de 1950 a 1970, y la "Nova Mafia", de 1970 hasta hoy.
En aquella Sicilia de principios del siglo XIX, a diferencia de lo que sucedía en el resto de Europa donde crecían y se asentaban dando paso a nuevos y modernos conceptos del comercio y de la industria, los burgueses constituían una minoría que vivía en torno a la nobleza local en una relación de dependencia y sumisión propia del medioevo. La corrupción, el favoritismo y en definitiva el desgobierno caracterizaban a la mayor isla del Mediterráneo. Los terratenientes dejaron la explotación de sus fincas a los "gabellotti" (aparceros) que con el paso del tiempo se convirtieron en amos y señores de la isla dando paso a un modo de ser y comportamiento basado en formas enfermizas de respeto, códigos, obediencia y secretismo en torno a la figura del jefe (capo) de una "familia" (clan) dominante en un territorio específico. Al conjunto de esas peculiares "familias" se le denominó Mafia y entre ellos "La Cosa Nostra".
El término "mafia" como tal aparece por primera vez entre 1862 y 1863 cuando se representó en Palermo con gran éxito el drama popular de Giuseppe Rizzoto y Gaetano Mosca titulado "I mafiusi di la Vicaria". La representación de esta obra hizo de la palabra Mafia una expresión corriente para designar a los grupos de individuos violentos y temibles, ligados entre ellos por misteriosos lazos secretos y dedicados a actividades delictivas o inconfesables.
También se atribuye el origen del término a tiempos mucho más lejanos e improbables. En la primavera de 1282, un soldado francés de la guardia de un príncipe angevino violó y mató a una jovencita que se dirigía a una iglesia de Palermo a contraer matrimonio. El novio resultó ser a su vez muerto cuando intentó vengar a su prometida. "Morte alla Francia, Italia anela" fue supuestamente el grito que condujo entonces a un levantamiento popular: "Italia quiere la muerte de Francia", frase cuyas iniciales originales dan la palabra "Mafia". ("Fuente La Vanguardia Digital") Parece imposible comprobar la veracidad del episodio; lo importante es que condensa las dos características definitorias de la asociación: la defensa del honor, y la venganza como método de "resolver" conflictos."
La supervivencia de la leyenda se explica además por la imposibilidad de fechar con exactitud el surgimiento de la mafia en Italia. Si bien existe consenso para situar tal acontecimiento en un momento más cercano a la modernidad, los historiadores y especialistas divergen respecto de cuáles fueron los hechos históricos que precedieron y determinaron el fenómeno. De aquí se desprenden otras discordancias, sobre todo en cuanto al carácter original de la mafia y su primer terreno de operaciones.
Los antecedentes inmediatos del fenómeno -sostiene Serge Hutin- remiten a principios del siglo XIX, cuando la Corte de Nápoles, expulsada de su sede por el avance de los ejércitos napoleónicos, buscó refugio en Sicilia, bajo la protección de la flota inglesa de Lord Nelson. La isla sufría el azote de bandidos que la saqueaban sin mayores inconvenientes. Como no contaba con las fuerzas militares suficientes, el soberano improvisó entonces (en 1812) un cuerpo de gendarmería rural. La mafia tendría su origen en el momento en que esa organización parapolicial desconoció una orden de disolución, en 1837, y siguió funcionando por su cuenta. Entre sus actividades se encontraba una práctica sistematizada más tarde por los mafiosos: la mediación entre delincuentes y víctimas, que apuntaba a sacar provecho de ambas partes. Además, incorporaban "a todo el que tenía quejas contra el orden existente. Y había, desgraciadamente, inagotables posibilidades de reclutamiento, pues en los primeros tiempos de la Mafia, la miseria era grande en Sicilia entre los obreros de las minas de azufre y de las pequeñas explotaciones agrícolas", apunta Heron Lepper. Curiosamente, la Camorra tendría el mismo origen en Nápoles: una fuerza de seguridad "de emergencia", dedicada a mantener el orden y cobrar impuestos, que comienza a degenerar cuando se la emplea como grupo de presión en comicios.
En cambio, Robert K. Rowland asegura que la organización surgió como un movimiento político de resistencia, hacia mediados del siglo XVIII, cuando Sicilia se encontraba bajo el reinado de los Borbones. La mafia habría sido entonces la forma del levantamiento popular contra un régimen que se imponía a través de la tortura, el encarcelamiento y la ejecución de opositores. Pierre Barraucand retrocede aun más en la historia: conjetura que su formación se produjo como la reacción de una sociedad pastoril que, en los umbrales del capitalismo, enfrentaba la amenaza de transformaciones en los modos de producción y en consecuencia la posibilidad de su disolución; el código del silencio (omertá) "es la expresión profunda de toda una población en un país que además ha conocido las más extraordinarias dominaciones políticas".
Gaetano Falzone, entre otros especialistas, destaca la determinante incidencia que tuvo para la mafia la unificación de Italia, en 1861. La definición misma de la asociación, como grupo cerrado que opera dentro de la sociedad, en el marco del orden legal pero de acuerdo con sus propias reglas, sólo puede articularse en ese momento, en que se constituye el Estado nacional. No obstante, como Sicilia había sido invadida y sojuzgada muchas veces, todo lo que fuera extranjero y sus símbolos era odiado, y quedó identificado con el concepto de Estado. El "problema siciliano", dice Falzone, puede asimilarse a "una antigua, singular y tal vez anormal relación entre el Estado y el individuo, por una parte, y entre el Estado y el Anti-Estado, por la otra". La mafia, como forma del anti-Estado, aparece entonces como la derivación de un dilatado proceso histórico, cuyas bases son una ancestral necesidad de defenderse por mano propia, la ausencia de un sentimiento nacional y las relaciones de vasallaje impuestas por la sociedad feudal.
La unificación de Italia aceleró el lento proceso de desaparición de las estructuras feudales de la campaña, a partir de la incorporación de la economía de la isla a la del país. El negocio de la "protección" parece haber prosperado entonces: los hombres de la mafia se encargaron de calmar los temores de los latifundistas -que veían peligrar sus propiedades- y de velar por su seguridad. "En las comunidades sin leyes -explica E. J. Hobsbawm-, el poder se dispersa rara vez en la anarquía de las competencias individuales, sino que se concentra alrededor de los centros de fuerza local. Una de estas formas es el patronato y el titular típico es el notable o el patrón (...) cuya red de influencia, que se extiende en su derredor, obliga a la gente a ponerse bajo su protección. La Mafia es casi el sinónimo de esta protección...".
La unificación trajo aparejadas transformaciones económicas cuyo efecto inmediato fue el aumento de la pobreza y la criminalidad. La crisis afectó sobre todo a la campaña, cuyos habitantes se vieron obligados a migrar en masa a las ciudades, donde de todos modos no encontraban trabajo. Así se generó un amplio sector de marginales que se volcaron al delito y la protesta social. La emigración significó poco después la gran válvula de escape para esta situación, como demostró, entre otros datos, el notable descenso de crímenes y asaltos en Sicilia, donde se registraban los índices delictivos más altos de toda Italia.
Aunque esa es la circunstancia que le habría dado cohesión, la mafia parece haber existido previamente. Ya a mediados del siglo XIX, dice Falzone, la autoridad de la sociedad no era objeto de discusión. Incluso "los policías estaban al servicio de la mafia, que los utilizaba para formar un muro entre los campesinos y los propietarios". Además del cobro de tributos, el campo constituyó pronto el escenario de otro gran negocio mafioso: el secuestro de personas. Esta modalidad fue inaugurada en la isla por grupos de bandidos, que tenían sus bases de operaciones en las montañas de Lercara y desaparecieron pronto ante la vigilancia mafiosa. En 1874 se produjo una primera ola de casos, con los secuestros de los barones Porcari, Sgadari y Camaroni.

2 comentarios:

  1. ESTIMADOS HERMANOS:
    Solicito el consuelo parafílico de los hostigadores sexuales porque los tales se han regenerado sexualmente con renunciar a los ultrajes sexuales por mi intercesion politica con la organizacion de las naciones unidas y con la organizacion de los estados americanos. El origen de los hostigadores sexuales consiste en que los tales cuando son exentos de culpa, las secuaces los rechazan unánimemente de sus cortejos afables por incompetentes con la secuela de exasperarlos sexualmente al igual que el violador de infantes que consiste en que sus padres los especularon pediátricamente cuando eran niños con la secuela de la frustracion pediátrica en la edad adulta. Estos degenerados son personas especuladas por la sociedad quienes por tal razon los tales son huelgueros. Tales antecedentes los consulté al pedofílico que me violó cuando yo era un niño para resolverlos afablemente de sus origenes y con consolarlos parafílicamente en vez del coito como una abnegacion amistosa.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

    ResponderEliminar
  2. ESTIMADOS HERMANOS:
    Solicito una investigacion hindú de las regiones de Guatemala que me creyeron prevaricador (payaso macabro que zarandea angustiosamente a la gente) y de las regiones de Guatemala que me creyeron un hostigador sexual pretencioso porque mis delatores surrealistas del vórtice virtual me resarcieron con un linchamiento sexual popular pero por mi parafilia voyeurista no alcanzaron perpetrarme cuando me creían prevaricador con mi secuela de calumniarme de hostigador sexual en otras regiones por mi obsesion culminante de las primeras regiones que me resarcieron de prevaricador. El linchamiento sexual popular es una necrofilia consistente en ventosearme al semblante con bates de base ball para perpetrarme pero lamentablemente es masturbatorio para las adversarias.
    Las regiones de mi país Guatemala de la América Central que me creyeron prevaricador son:

    Valle Dorado zona 8 del municipio de Mixco del departamento de Guatemala, Jocotenanago de Antigua Guatemala del departamento de Sacatepéquez, Colonia Justo Rufino Barrios de la zona 21 de la ciudad capital de Guatemala, municipio de Amatitlán del departamento de Guatemala y San Lucas Sacatepéquez del departamento de Sacatepéquez.

    Las regiones de mi país Guatemala de la América Central que me creyeron hostigador sexual son:

    colonia Centroamérica y colonia Tikal 2, ambas de la zona 7 de la ciudad capital de Guatemala.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

    ResponderEliminar